Dolly vino de nuevo a la Fundación y comprobó las nuevas instalaciones y activiades que se estan desarrollando actualmente.
Le encantó la casita del jardín, los colores del edificio, ver a los niños tan activos y formados.
Escuchó la primera charla de Leyda, repartió comida y compartió su amor con todos los niños y voluntarias.
Disfrutó de ver a Eva jugar con los niños.
Su sonrisa siempre estuvo presente en su cara. Los niños le dedicaron una cálica bienvenida.